La nuestra es una historia familiar. 
Como la de muchas grandes marcas de la moda, todas nacen de un sueño y una intención. 


Queremos contarte la nuestra:

Este proyecto lo compartimos cinco personas: nuestros padres, nuestra hermana y nosotros dos.
Nuestro padre inició la aventura de crear un bolso donde lo importante es la calidad, la esencia de lo que se crea para luego disfrutarlo a fuego lento. Gran materia prima, trabajo con amor en familia y poder compartir nuestra creación con el mundo.

 

Después de aquel primer bolso, vino otro, y otro, y otro y otro… Hasta que vimos que había muchos más bolsos de los que nuestra madre o hermana podían utilizar regularmente. Bolsos a los que había que dar salida. Los agarramos todos y nos fuimos directos a Santander a probar nuestro producto con un público muy exigente.

Nunca pensamos que el resultado pudiera ser tan bueno. Fue tal la acogida que no podemos explicarla con palabras. Terminamos enamorados de la ciudad, hasta tal punto que decidimos nombrar nuestras piezas con nombres característicos de Cantabria.

 

Allí fue dónde y cuándo fuimos realmente conscientes de que este proyecto podía ser algo grande a lo que dedicar nuestro tiempo al completo y el que poner nuestra ilusión y pasión.

Gracias a Félix, nuestro padre, es que estamos hoy aquí. La inspiración le pilló trabajando, y a los demás con él. Decidimos hacer de esta inspiración nuestra forma de vida, creando un proyecto familiar mediante un oficio transgeneracional, puesto que nuestro abuelo ya había dedicado su vida a la artesanía.

Anka Bravo para nosotros representa muchas cosas, pero sobre todo la familia. Cada miembro aporta lo que puede a este proyecto en común: diseñar, gestionar, coser, patronar, cortar y vender… Cada uno es tan importante como los pasos que seguimos en el proceso de creación.
No es casualidad que eligiéramos un racimo de uvas como representación gráfica. Además de verse como un conjunto de individuos, hay un gran simbolismo detrás: en la antigüedad se decía que, si tenías un sueño de vid, significaba que te estabas liberando de las ataduras que suponen las preocupaciones y avanzando hacia un periodo de renacimiento, bienestar y amor intenso.
Nuestra familia es la que hoy renace con un nuevo proyecto de marroquinería que nos llena y nos une.

Confesamos que somos conscientes del lugar privilegiado en el que vivimos. Rodeados de infinitos viñedos, valles y sierras que inspiran. Comarca de Vinalopó Medio, en Alicante. El lugar que nos proporciona no solo la inspiración si no los mejores recursos para crear una pieza única y perfecta.

Ese es nuestro propósito. Crear algo único y diferente.

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